La guerra equivocada del taxi

Admito que he estado viendo las huelgas de los taxistas de estas semanas con cierta pena mezclada con un punto de incomprensión.

Pena, porque veo profesionales sacrificados que han pagado mucho dinero por su licencia del taxi y ven amenazado su futuro. E incomprensión porque no piensan en un futuro mejor sino más cómodo.

 

LOS DATOS

Dicen que las VTC suponen una competencia desleal y que les está afectando sus ingresos. Pues parece ser que no es cierto si miramos los datos. Según publica OK Diario  recogiendo datos de estudios como el “’Ranking de empresas del sector transporte por taxi” de “El Economista”, la facturación del taxi en los últimos 4 años (en los que apareció con fuerza el fenómeno de las VTC), subió en Barcelona un 25%. Y se estima que en Madrid ha pasado algo parecido.

Si la facturación no ha bajado, tampoco lo ha hecho el precio de las licencias . Se mantienen en el entorno de los 130.000 euros (año 2018), cuando en el año 2.000 rondaban los 35.000 euros. Resulta que las licencias de taxi se revendan a un precio del 600 % frente a su coste original y las de VTC a un 1250 %, según se afirma en Teknautas.

De hecho, según afirma un estudio, las licencias de taxi se han apreciado más que el Ibex y la vivienda en 25 años. Así que NO estamos hablando de un problema económico con las VTC.

Según la fuente anterior, «A lo largo del tiempo, las licencias de taxi, que en un mercado competitivo carecerían de valor, se han convertido en un activo con una elevada rentabilidad, superior a la de otro tipo de activos, como los activos bursátiles», señalaba la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en un informe de 2017 sobre la regulación del taxi y de los VTC.

El otro argumento en contra de las VTC se refiere a la precariedad y explotación de los conductores: como si no hubiera gente conduciendo taxis ajenos. Sobre la acumulación de miles de licencias en manos de unas pocas empresas, nada nuevo. Lo mismo ocurre en el sector de las gasolineras, o de la electricidad o el gas, o los trenes. Esto es más cuestión de un mal planteamiento legal original que de otra cosa.

Y no olvidemos otro dato muy importante: un porcentaje muy significativo de los conductores de VTC tienen más de 40 años, por lo que su acceso al mercado laboral es como mínimo complicado y ahora se ven de vuelta en el paro. Sus familias también tienen derecho a comer.

 

EN QUÉ SE EQUIVOCA EL SECTOR DEL TAXI

Los taxistas en huelga están cometiendo dos graves errores.

El primero es el de cabrear a sus clientes recortando su libertad de circulación y de elección de medio de transporte. No de una forma pacífica sino abusiva, con episodios de violencia injustificable contra vehículos y conductores de VTC.

la huelga equivocada del taxiEl segundo error es mucho más grave: se equivocan de enemigo. Han circulado por Internet memes riéndose de esta actitud de lucha contra el avance de los tiempos. Es como si el comercio local decidiera ponerse en huelga hasta que se obligue al cierre de Amazon y todas las tiendas en Internet.

¿Qué debería hacer el sector del taxi? Pues antes que nada, como hace cualquier empresa, es preguntarse por qué algunos clientes prefieren ir a la competencia. Yo soy -de momento y hasta que se me pase el enfado era- usuario del taxi y de Cabify. También tengo la multitarjeta para el Metro y los autobuses de Madrid, y en mi móvil dispongo de las aplicaciones para dos servicios distintos de patinetes eléctricos. Es decir, que tengo opciones de transporte entre las que elegir.

¿Por qué me gusta más un vehículo VTC que un taxi? Esta es mi lista de razones, que seguro que comparten miles de clientes y ex-clientes del taxi:

  • El coche está siempre limpio y ordenado
  • El coche es nuevo y huele bien.
  • El conductor me abre la puerta para entrar y muchas veces para salir, y siempre coge mi maleta para meterla en el maletero o sacarla a la llegada.
  • El conductor me pregunta si el aire acondicionado o la calefacción están a mi gusto
  • El conductor me pregunta si quiero escuchar la radio, y qué emisora, y si el volumen está bien.
  • El conductor me da conversación si aprecia que la quiero, y no dice nada si se da cuenta de que prefiero no hablar.
  • Sé con precisión lo que me va a costar el trayecto, de modo que no tengo que vigilar para evitar que me den vueltas turísticas.

 

EL PLAN DE ACCIÓN

La mayor parte de estas razones son gratis de implantar: basta con querer. El usuario de VTC se siente importante y atendido, un componente emocional ESENCIAL en todo servicio de éxito. Psicológicamente, durante el trayecto el coche pasa a ser del usuario: esto choca con la impresión que dan muchos taxistas de que el cliente debería estar agradecido por llevarlo.

No hay tanta diferencia de precio entre taxis y VTCs. La diferencia está en la calidad del servicio que se da y en cómo lo percibe un cliente. Cuando hay igualdad de precios, el factor diferencial frente a los competidores estará siempre en el servicio.

Que en vez de poner obstáculos al funcionamiento de la competencia con métodos dudosamente legales, y consiguiendo (como en Barcelona) cesiones de corto recorrido que serán rápidamente impugnadas, trabaje el sector del taxi en mejorar sus condiciones. Que los Ayuntamientos se sienten con los representantes del taxi para modificar aquellas condiciones que limitan su capacidad de competir. Eso sí que es más sencillo, viable y con futuro.

Al igual que hay grandes empresas que controlan miles de licencias de VTC, también hay cooperativas que centralizan los servicios del taxi. En ellas y en sus cooperativistas está realmente el futuro del taxi.

Como dijo Sócrates,

“El secreto del cambio está en concentrar toda la energía no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo”
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Alberto Losada Gamst Escrito por:

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